Escritores
Recogió el bosque, doblándolo cuidadosamente, como una sábana de lino. Después plegó el cielo ya cubierto de estrellas y también lo introdujo en el baúl. Quedaban los recuerdos del día, las emociones que debía recordar para que no se perdiesen, y algunos sueños. Todo lo guardado tenía vida porque ella lo había contemplado, tocado, sentido…